lunes, 4 de marzo de 2013

Vía Verde de los 40 días

En días de lluvia La Sagra se torna embarrada y muchos de sus caminos se vuelven intransitables, el barro arcilloso, pegajoso y resbaladizo no anima a la práctica del mountain bike, para estos días hemos de buscar alguna alternativa que nos libre de tan pesada carga en nuestras ruedas, aunque bien pensado ¿nos habremos vuelto Riders de salón?

 
La vía verde del ferrocarril de los 40 días era la opción propuesta para un ya lejano último domingo de enero. Enlazada con la vía verde del Tajuña a la altura de Carabaña nos lleva a la madrileña localidad de Estremera en 14 kilómetros, aunque decidimos tomar primero la vía del Tajuña en Perales de Tajuña para añadir algo de kilometraje a la fría mañana de domingo.

Esta vía verde, la del ferrocarril de los 40 días, es así denominada por haber sido construida en 40 días durante el asedio de las tropas Nacionales al Madrid Republicano y así comunicar y abastecer la capital con el Levante aún Republicano, salvando a los convoyes de los obuses de la batalla del Jarama. Originalmente comunicaba Torrejón de Ardoz con Villacañas para tomar el ramal original hasta Valencia, funcionando sólo durante la contienda, después de ésta fue desmantelada en su mayor parte y hoy sólo unos pocos kilómetros han sido recuperados para el disfrute de ciclistas de todas las edades y condición.


Crónica Días de lluvia y barro
por Alfredo

Se acerca el domingo y la previsión meteorológica augura un frente de lluvias, se prevé una mañana nubosa y con viento aumentando su fuerza a lo largo del día, pero sin lluvia hasta la tarde. Los días anteriores habíamos tenido lluvia, por lo que decidimos cargar las bicis en los coches y plantarnos a la entrada de Perales de Tajuña con frío y unas amenazadoras nubes bajas que respetarían nuestra marcha a pesar de su apariencia.

Damián, Pepe, Luis y yo tomamos la vía verde del Tajuña aproximadamente en su kilómetro 23 para marchar en dirección a Carabaña, río arriba y siempre en suave desnivel o completamente llano. El inicio no es especialmente emocionante, bordeamos Perales por la margen izquierda del río y al pasar bajo la A3, la autovía Madrid-Levante, compartimos un tramo de carretera con los coches para cruzar unos cientos de metros más tarde la calzada, un punto negro para esta vía verde tan publicitada que no se debería permitir ya que el riesgo de ser embestido por un vehículo siempre existe a pesar de la buena visibilidad del tramo. Salvado este grave inconveniente del camino, retomamos el suave ascenso del valle ahora sí entre campos de labor y terreno más agreste por una vía asfaltada, muy cómoda por la que rodamos sin dificultades disfrutando del paisaje.

A nuestra izquierda, al otro lado del río vamos dejando atrás Tielmes y a nuestra derecha la ermita de los Mártires con su pequeño merendero limpio y bien cuidado. Pasada la ermita el valle se ensancha y llaneamos hasta casi llegar a Carabaña, donde comienza la vía verde del tren de los 40 días.


Abandonamos pues la vía del Tajuña que discurre casi llana hasta Ambite a unos 13 kilómetros de la bifurcación. Tomamos el camino hacia el valle del arroyo Carrizales en un fuerte ascenso que me hace perder rueda de los compañeros, no me despego mucho y para mi agrado el camino gira 90º a la derecha y el desnivel se suaviza. Es justo en este punto donde comenzamos a rodar por la antigua vía de los 40 días. Nos reagrupamos, me esperan, aunque prefiero pensar que soy yo quien les da alcance (en este deporte es tan importante sentirse fuerte como estar fuerte y en muchas ocasiones hay que saber sufrir). Pasamos las primeras trincheras excavadas en la roca para el paso de las vías, las más espectaculares de toda la ruta y seguimos ascendiendo kilómetro tras kilómetro hasta llegar al noveno de esta vía (el 23 de nuestra ruta) donde alcanzamos la divisoria de aguas entre olivares y comenzamos a bajar hacia Estremera ya en el valle del Tajo.

El descenso es rápido, hace frío pero pronto llegamos a Estremera donde nos hacen una foto junto a su escudo. La foto nos la hace una muchacha que seguía a un grupo que estaba grabando algo. Ante la pregunta de Luis, la chica le gruñe:”Es que no ves que estamos trabajando”. Aún así nos saca la foto y los cuatro nos quedamos con ganas de darle la enhorabuena (no sé si por el trabajo o por la foto).


Decidimos refugiarnos del frío en una cafetería, donde bebemos algo caliente y comemos algo para afrontar la vuelta. ¡Joder que bien se estaba en el bar! Tomamos el camino de vuelta, desandar lo andado. Lo que fue subida ahora es bajada y es al llegar al descenso donde el viento nos golpea de cara y veo como mis tres compañeros se van y se van y se van alejando. ¡No puede ser!¡Me estoy quedando en un descenso! El asfalto no juega a mi favor en esta ocasión, si hubiera sido un camino...

Pepe satisfecho con el desayuno
 
Me esperan de nuevo casi abajo, cerca del entronque con la vía verde del Tajuña y una vez abajo la cosa no pinta mejor. El viento es de cara y nos quedan más de 12 kilómetros para llegar al punto de inicio. Y como dije antes, la importancia de la psicología, sólo queda apretar los dientes y pedalear sin importar el dolor en las piernas. Nos fijamos una “velocidad de crucero” de la que no debíamos bajar y seguimos descontando kilómetros por la misma ruta por la que habíamos venido hasta llegar al lugar donde aparcamos los coches. La lluvia nos había respetado, pero el viento no. Dicen las malas lenguas que cuando salgo el viento bate con más fuerza ¿seré de verdad el hijo del viento?

Ver Todas las fotos de la jornada

www.viasverdes.com

Distancia Aprox. 58 Km
Dificultad: Media

¿Riders de salón? Hay días en La Sagra que lo mejor es evitar los caminos...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...